Cuando las cosas van mal,
parece que el mundo no gira,
o gira a tal velocidad
que tú te quieres bajar.
Parece que todos te miran
con desprecio o con pena,
al que debes, te apura
y el que te debe no llega.
Parece que todo se pone
de acuerdo para torcerse
y por más esfuerzos que haces
el mal no se remedia.
Cuando las cosas van mal
sientes la soga en el cuello
y un nudo que aprieta
y que llega a asfixiar.
Los días se hacen más largos
Y la claridad no llega,
vives momentos amargos
y nada te consuela.
Cuando las cosas van mal
no puedes conciliar el sueño,
te sientes humillado
y ante el mundo, más pequeño.
No encuentras a tus amigos,
la familia, está más lejos,
ni siquiera Dios te escucha
y un charco, es un océano.
Cuando las cosas van mal,
la vida pesa, amigo mío,
las fuerzas te abandonan
y nada tiene sentido.
Pero es en esos momentos,
cuando las cosas van mal,
que no deben faltar
coraje y voluntad.
No hubo noche tan oscura,
ni existió sufrimiento,
que pasada la tormenta
no diese al hombre aliento.
Y es por eso, amigo mío,
que en los peores momentos,
más fiera ha de ser la lucha,
sin rendición ni lamento.
Autor: Manuel Lijó Moares
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Es un poema maravilloso, muy duro pero muy real
ResponderEliminarLa vida, a veces, puede parecer injusta, pero las injusticias vienen dadas por la mano de las personas. Ante la adversidad, solo cabe la lucha y mirar hacia adelante. La verdad, siempre acaba con las mentiras malintencionadas y el tiempo, hace justicia.
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