TARDE DE TOROS
Tarde de toros,
tarde de bestias,
fiesta brava,
sangre en la arena.
Un día antes
preparan al animal
para que luzca
como fiera infernal.
Solo y a oscuras
lo mantuvieron
y así le deslumbra
la luz en el ruedo.
Grasa en los ojos
su vista entorpece,
palos le dan
que no se merece.
Sulfato en el agua
para que beba
y se debilite
con la diarrea.
Y si aún conserva
fuerza la bestia,
el picador
hará su tarea.
Monta en caballo
que no hay quien quiera,
el peto le oculta
lo que el toro hiera.
Desangra al toro
lanza certera,
que le desgarra
y su muerte acelera.
Mas la bravura
morir no le deja
y se retuerce
y desespera.
Luce la fiesta
de peinetas y mantillas,
llega el momento
de las banderillas.
Más tortura,
la gente aclama,
y atraviesa al toro
la cruel espada.
No ha muerto el toro,
más le valdría,
una estocada
pone fin a su agonía.
Yace ya muerto,
su sangre aún caliente,
no se conforma
aún así la gente.
Como remate
así no lo dejas,
le amputan el rabo
y las dos orejas.
Ni tradiciones
ni más monsergas,
la bestia humana
aquí se refleja.
Tarde de toros,
tarde de fiesta,
fiesta española,
fiesta de bestias.
Autor: Manuel Lijó Moares
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