DEDICATORIA

A la sociedad, a la mentira, a la verdad, al odio, al amor, a la radio, a la vida, a la muerte y a la sinceridad, a los pobres, a los ricos, al perfume de una flor, a los justos y a los engreídos, a los sueños, a los niños, a las víctimas del terrorísmo, al presidiario, al político, a quien hace lo que puede, al que puede y no quiere, a quienes me han inspirado para escribir estos versos, a las personas maltratadas, al anciano y a sus canas, a la libertad, a la puta, al inmigrante, al cura, al soldado y a los que aquí he olvidado, a todos les dedico estos poemas y vaya por delante mis excusas más sinceras si a alguno he ofendido, pero esto es lo que pienso, lo que siento y lo que digo.
A unos para demostrarles el cariño que les tengo y a otros para recordarles que no lo están haciendo bien.
También dedico estos versos, a canallas y perversos, maltratadores, terrorístas, a la peor calaña humana, a la justicia aún cuando es ciega, al poder que castiga, censura y quita vidas, a los que hacen la guerra, al que tortura y mutila, deseando que algún día esa especie se extinga.
A todos menos a uno y si te das por aludido, solo tú sabrás porqué. A tí prefiero ignorarte, pues tu ayuda me negaste, mi desprecxio por delante, que el mundo da muchas vueltas y nos hemos de encontrar. El tiempo te ha reservado el lugar que te corresponde y ahí estaré yo para verte cuando aprendas la lección. Nunca olvidaré lo que hiciste, aunque tienes mi perdón.

OBSESIÓN


Envidia y obsesión
malas compañeras,
que por mucho que quieras
tus cuentos son quimeras
y te llevan a la perdición.

La mano que te fue tendida
mordiste cual canalla,
iniciando una batalla
y construyendo una muralla
hecha a base de mentiras.

Y esa obsesión que te ciega
te llevará a la ruina,
destruyendo tu propia vida
y abriendo en tu carne una herida
que jamás cicatrizará.

Tu has elegido el camino
sin medir a tu oponente,
que esperará paciente
a ver tu caída inminente
pues escrito está tu destino.

Odio, rabia e impotencia
no te darán la razón,
y menos aún la traición
que envenena tu corazón
y te deja en evidencia.

Por más mentiras y rumores
que intentes extender,
con más fuerza has de padecer
cuanto daño, ejercer
pretendas con tus errores.

Que la justicia de los hombres
y también la divina,
a la vuelta de la esquina
te esperan con su doctrina
para causarte grandes horrores.

Y no es esto amenaza
si así lo quieres entender,
pues pronto vas a saber
que el que hace daño ha de tener
el castigo de la balanza.

Si tu vida carroñera
de parásito inmundo
cambiases hacia otro rumbo
y en un pensamiento profundo
echases tu rabia hacia afuera
es probable que algún día
vivieses tu propia vida
y encontrases la salida
del laberinto en que entraste
solo por tu frustración.

Autor: Manuel Lijó Moares

LA OTRA CARA DE LA MONEDA


Tu verdad, mi verdad,
la versión que queda,
distintos puntos de vista,
la otra cara de la moneda.

Yo tengo razón
sin quitarte la razón tuya,
aunque una parezca mentira
ante la otra, verdad pura.

Lo que dices, lo que digo,
parece que no concuerda,
dos versiones diferentes
y las dos aportan pruebas.

Y ante tal evidencia,
¿cómo hay juez que se atreva
a dar por válida una,
siendo la otra igual de cierta?

No hay culpables ni inocentes
dependiendo de quien lo vea,
mas la culpa y la inocencia
todos quieren que aparezcan.

Se dividen opiniones,
unos dentro y otros fuera,
cambia por completo la historia,
según quien nos la cuenta.

Vencedores y vencidos
en batallas y guerras,
mil escritos consentidos,
que a unos y otros contentan.

En el medio, hay quien no quiere
saber de esta contienda,
no apostar por uno u otro
es lo que se recomienda.

Cuantas guerras desatadas,
cuantas muertes y leyendas,
dos verdades encontradas
y dos bandos que las defiendan.

Y al final, están tan cerca
la verdad de la mentira,
que es imposible creer
en todo lo que te digan.

Antes de juzgar a nadie,
lo que hace o lo que cuenta,
hay que aprender a ver
la otra cara de la moneda.

Autor: Manuel Lijó Moares

ESPERANZA


El sol volverá a salir
y apagará la oscuridad,
tinieblas en las que vivo
en luz se convertirán.

Siempre queda la esperanza
para quien todo ha perdido,
exiliando al olvido
tiempos de un mal vivir.

El sol volverá a salir
dando paso a un nuevo día,
en que reinará la alegría
y gozaré de otro sentir.

Tan largo es este camino,
yermo y pedregoso,
que una vez abandonado
no quiero volver a encontrar.

Espero hallar pronto la senda
y en un amanecer de ensueño,
que no sea el yugo mi dueño
ni la vida mi contienda.

El sol volverá a salir
e iluminará con fuerza,
con rayos de esperanza,
este oscuro porvenir.

Y es que no me queda nada
si no creo en mi futuro,
y aunque el presente sea duro
pronto me liberaré.

Que pende sobre mí una espada
quitando sentido a mi vida,
mas la batalla, no está perdida
y yo nunca me rendiré.

El sol volverá a salir
y se acabará la noche,
y no le haré ningún reproche
cuando se acuerde de mí.

Autor: Manuel Lijó Moares

RAFALIA


En cuerpo de hombre
nació mujer,
no fue elección
ni mal proceder.

Durante años
sufriendo angustiada,
pues no entendía
lo que pasaba.

Soñaba con vestidos
y muñecas,
soñaba con ser
un día princesa.

En un mundo cruel
que la señalaba,
vivió Rafael
siempre marginada.

Motivo de burlas
y de insultos,
de aquellas bestias,
pobres incultos.

Su cuerpo desnudo
frente al espejo,
torturaba su mente
con gran complejo.

Por más que intentaba
no comprendía,
por qué ese castigo
padecía.

Sus ojos hinchados
por tanto llanto,
del mundo escondida
en un armario.

Pasó el tiempo
y su adolescencia,
la vivió
cual penitencia.

Mas cuando tuvo
la ocasión,
cambió su vida,
gran decisión.

No sin miedo
comenzó a cambiar
y su cuerpo de hombre
a mujer transformar.

Este cambio
llevaría un tiempo,
dolor, trabajo
y sufrimiento.

Pero seguro
valdría la pena,
cirugía y hormonas
maquillaje y melena.

Quien iba a pensar
que el patito feo,
sería una princesa
de las de cuento.

Envidia de muchas,
de hombres deseo,
hermosa Rafalia
con vestido nuevo.

Lo tuyo es coraje
y por tal, mi respeto,
tu gran amistad
vive en mi recuerdo.

Autor: Manuel Lijó Moares


A mi amiga Rafalia, que pasó por mi vida enriqueciéndome como persona y a cuantas hayan sufrido una situación similar.
Por todas esas personas que viven encerradas en un cuerpo equivocado, para que un día salgan de su prisión.

CUANDO BRILLE TU MIRADA


Se apagaron tus ojos,
ya no brilla tu mirada,
de repente se torna
todo gris, vacío y nada.

Se paró tu presente,
se borró tu camino,
lo que un día fue risa
ahora es llanto y delirio.

Negra sombra te cubre
te persigue y te atrapa,
ya no hay luz ni en la lumbre,
ya no hay vida en tu casa.

El horror te consume,
tu gritas y el mundo calla,
buscas a tu alrededor
todos te dieron la espalda.

Pero nada es perenne
ni el dolor de tu alma herida,
quiero sacarte del pozo,
quiero que sientas y vivas.

Quiero que agarres mi mano
con la fuerza necesaria
para salir de ese infierno
que te quema y te abrasa.

No más llanto en los rincones
ni más sufrimiento en tu cama,
no más días de dolor
ni más noches solitarias.

Toma vida de mi vida,
cuanta sea necesaria,
toma sangre de mis venas
y mi aliento si hace falta.

Quiero darte la alegría
que te fue arrebatada
y robarte con mi amor
hasta la última lágrima.

Toma pues mi mano amiga
y a cambio no me des nada
será más lo que reciba
cuando brille tu mirada.

Autor: Manuel Lijó Moares

LA NOCHE


Cuando llegue la noche
nos cubrirá con su manto de estrellas
y la luna llena
mágica nos cautivará

En la oscuridad
de la gélida noche,
nos fundiremos en un eterno abrazo
y nuestros cuerpos compartirán el calor.

Nuestros labios se fundirán apasionados
dos corazones latiendo al unísono
tus cabellos se enredarán en mis dedos
y las palabras no tendrán razón.

Cuando llegue la noche
tu perfume envolverá mi mundo
embriagando mis sentidos
y haciéndome enloquecer.

Eterna noche
que pasa en segundos
torpes manos las mías
que no te pueden retener.

Y al despertar de mi sueño
se habrá acabado la noche
y viviré un día más esperando
que vuelva a anochecer.

Autor: Manuel Lijó Moares

MENTIRAS

Mentiras que te cuentan,
mentiras que te obligan,
mentiras que te crees,
mentiras que castigan.

Vivimos en un mundo
en la mentira envuelto,
incluso la verdad
es parte del cuento.

Te mienten al oído
y cuando te gritan,
te mienten sin querer
porque todo es mentira.

Mentira que encubre
a otra mentira,
se agranda la pelota
y se miente por rutina.

Mirándote a los ojos
también te mienten,
te miente la vida
y te miente la muerte.

Mentira el maquillaje
que oculta la verdad,
te miente quien te habla
de su sinceridad.

La báscula, el espejo
y la cinta métrica,
mentiras por complejo,
cuestión de estética.

Ocultas tus defectos
creyendo tus mentiras,
mas no serás perfecto
solo por que lo digas.

Mentiras por la noche,
mentiras por el día,
mentiras en la cama,
siempre contando mentiras.

Mentiras que no cree
ni el más ingenuo al oírte,
mentiras que conducen
a no creer lo que dices.

Historias inventadas
para adornar una vida,
cuando no vale nada,
cuando está vacía.

Patrañas que no engañan
solo para ganar tiempo,
descubierta la mentira,
mentiroso descubierto.

De todos es sabído
que mentir no es el camino,
si quieres llegar lejos
lleva la verdad contigo.

Y no vale, al ser pillado
ni enfado ni sonrojo,
pues ya se sabe que es cogido
mentiroso antes que cojo.

Autor: Manuel Lijó Moares

EL MÁS RICO DEL CEMENTERIO


Durante una vida entera
ganó cientos de enemigos,
odiado por ser avaro,
usurero y mezquino.

Amasó cuantas riquezas
fue capaz de atesorar,
nunca compartió con nadie
y robó cuanto pudo robar.

Robó a empleados y familia,
un poco de aquí y de allá,
su obsesión era el dinero
y cuanto más, poder lograr.

Nunca tuvo un buen amigo
ni nadie que le quisiera,
le odiaron incluso sus hijos
por su vida de miseria.

Por no gastar su dinero
su mujer murió enferma,
su padre sin entierro digno
y su madre murió de pena.

Hoy lo llevan a enterrar
solo unos desconocidos,
con su dinero pagaron
entierro y funeral sus hijos.

Nadie lo fue a despedir,
nadie le llevó unas flores,
nadie por su alma rezó
ni unas tristes oraciones.

En su tumba luce ahora
traje y zapatos nuevos,
ropas que antes nunca tuvo
el más rico del cementerio.

Y sus hijos se gastaron
su fortuna en cuatro días,
bebieron y festejaron
por el viejo Zacarías.

De nada sirvió ser avaro,
mezquino y usurero,
se retuerce ahora en su tumba
el más rico del cementerio.

De nada sirvió pasar hambre
y en invierno tanto frío,
por no gastar su dinero
que de nada le ha servido.

Que vida tan miserable
pasaste y diste a los tuyos,
sin el cariño de nadie
por no gastar cuatro duros.

Los niños ahora en la calle
cantan una canción,
Zacarías murió solo
por vivir como un gorrón.

Zacarías el tacaño
vivió sin gastar dinero,
a su entierro no fue nadie,
murió como un pordiosero.

Autor: Manuel Lijó Moares

¿DÓNDE ESTÁ TU MANO?


Cuando las cosas van bien
te siento a mi lado,
cuando las cosas van mal
¿dónde está tu mano?

Cuando la vida sonríe
me siento a tí pegado,
ante la adversidad,
¿dónde está tu mano?

Si necesito tu apoyo
te busco en vano,
si preciso tu ayuda
no encuentro tu mano.

Promesa de un día
se torna en engaño,
si no cuento contigo
en lo bueno y en lo malo.

No me importa el mundo
o que me de de lado,
pero si me duele
no encontrar tu mano.

¿Dónde estás si lloro?
¿dónde estás si caigo?
Si te necesito,
¿dónde está tu mano?

Autor: Manuel Lijó Moares

CUANDO LAS COSAS VAN MAL

Cuando las cosas van mal,
parece que el mundo no gira,
o gira a tal velocidad
que tú te quieres bajar.

Parece que todos te miran
con desprecio o con pena,
al que debes, te apura
y el que te debe no llega.

Parece que todo se pone
de acuerdo para torcerse
y por más esfuerzos que haces
el mal no se remedia.

Cuando las cosas van mal
sientes la soga en el cuello
y un nudo que aprieta
y que llega a asfixiar.

Los días se hacen más largos
Y la claridad no llega,
vives momentos amargos
y nada te consuela.

Cuando las cosas van mal
no puedes conciliar el sueño,
te sientes humillado
y ante el mundo, más pequeño.

No encuentras a tus amigos,
la familia, está más lejos,
ni siquiera Dios te escucha
y un charco, es un océano.

Cuando las cosas van mal,
la vida pesa, amigo mío,
las fuerzas te abandonan
y nada tiene sentido.

Pero es en esos momentos,
cuando las cosas van mal,
que no deben faltar
coraje y voluntad.

No hubo noche tan oscura,
ni existió sufrimiento,
que pasada la tormenta
no diese al hombre aliento.

Y es por eso, amigo mío,
que en los peores momentos,
más fiera ha de ser la lucha,
sin rendición ni lamento.

Autor: Manuel Lijó Moares

TARDE DE TOROS


Tarde de toros,
tarde de bestias,
fiesta brava,
sangre en la arena.

Un día antes
preparan al animal
para que luzca
como fiera infernal.

Solo y a oscuras
lo mantuvieron
y así le deslumbra
la luz en el ruedo.

Grasa en los ojos
su vista entorpece,
palos le dan
que no se merece.

Sulfato en el agua
para que beba
y se debilite
con la diarrea.

Y si aún conserva
fuerza la bestia,
el picador
hará su tarea.

Monta en caballo
que no hay quien quiera,
el peto le oculta
lo que el toro hiera.

Desangra al toro
lanza certera,
que le desgarra
y su muerte acelera.

Mas la bravura
morir no le deja
y se retuerce
y desespera.

Luce la fiesta
de peinetas y mantillas,
llega el momento
de las banderillas.

Más tortura,
la gente aclama,
y atraviesa al toro
la cruel espada.

No ha muerto el toro,
más le valdría,
una estocada
pone fin a su agonía.

Yace ya muerto,
su sangre aún caliente,
no se conforma
aún así la gente.

Como remate
así no lo dejas,
le amputan el rabo
y las dos orejas.

Ni tradiciones
ni más monsergas,
la bestia humana
aquí se refleja.

Tarde de toros,
tarde de fiesta,
fiesta española,
fiesta de bestias.

Autor: Manuel Lijó Moares

SEXO POR DINERO







Bajo el manto de la noche,
en una ciudad cualquiera,
una mujer solitaria
la oportunidad espera.

Unas calles más arriba
y otras calles más abajo,
en un parque retirado
el mismo oficio y trabajo.

Ropa escasa en noche fría
a lo largo de la ruta,
deja ver la mercancía,
cuerpo de prostituta.

Y atento vigila el chulo,
cual pastor a su rebaño,
que ofreciendo protección
le infringe luego daño.

Van pasando los cliente
que harán productivo el día,
el soldado, el funcionario,
el cura y el policía.

No se salva ni el político,
ni el supuesto puritano,
ni el marido de otra,
que hoy quiere cambiar de plato.

Aquí hay para todos los gustos,
gordas y delgadas,
morenas y rubias,
de razas variadas.

Son los grandes almacenes
en los que aceptan tarjeta,
el TOP manta del sexo,
tanto pagas, tanto llevas.

Gran negocio ilegal
que se anuncia en la prensa,
que a costa de la necesidad,
grandes fortunas ingresa.

Aquí no hay mujeres vejadas
ni lucha de sindicatos,
ni injusticias laborales,
cuando se mira a otro lado.

Aquí no hay acoso, ni leyes,
aunque el sexo sea obligado,
en las calles, en burdeles
o en hoteles camuflados.

Y los más adinerados
en este surtido bazar,
prostitutas de lujo
también pueden encontrar.

La artista y la famosa,
la aristócrata elegante,
de la que menos te esperas,
por dinero, te lo hace.

Para algunas, es sencillo,
para otras, un calvario,
para drogas, para el bingo,
para subsistir a diario.

El oficio más antiguo
que funciona en el mundo entero,
el que nunca hizo una huelga,
el del sexo por dinero.

Sexo a cambio de billetes,
de joyas o buena vida,
hay putas que no lo parecen
y otras lo son por comida.

Autor: Manuel Lijó Moares

SER JUEZ







Que dificil ha de ser
tener que tomar partido
en desavenencias de otros
sin haber sido testigo.

Dictar sentencias a favor
de uno u otro lado,
solo por lo que te cuentan
y como te lo han contado.

Que tortura cada noche
para conciliar el sueño,
cuando la vida de alguien
arruinaste en un momento.

Ha de ser desagradable
descubrir que has sentenciado
a quien no era culpable
y luego se ha demostrado.

Ser el brazo de la ley,
jugar a ser Dios, siendo hombre,
por muy justo que quieras ser...
¿Quién por tu error responde?

Tener que dictar sentencia,
sentir en tu mano sus vidas,
quizás a base de verdades,
pero quizás, también de mentiras.

Que ingrato tiene que ser
saber que en esta partida,
ganes o pierdas no importa,
pues siempre pierde una ficha.

Que compromiso ser juez
y a la vez, que complicado,
injusto para uno has de ser,
demandante o demandado.

Y decidas lo que decidas,
cuando la suerte has echado,
te odiará uno para siempre
pues no ha de ser de su agrado.

¿Cómo se puede mirar
a la cara a un acusado,
cuando lo has de sentenciar
sin saber si estás errando?

¿Cómo se puede aguantar
ese peso como losa,
cuando has sentenciado a la vez
a sus hijos y a su esposa?

Ser juez, no es tarea fácil,
y menos, ser juez cada día,
con principios y creencias
que a veces la balanza inclinan.

Ser juez y ser justo,
y serlo cada jornada,
con leyes que otros dictaron
en medio de esta charada.

Ser juez, es condenarse
al infierno por los hombres,
si no has perdonado ¿pretendes
que a tí Dios te perdone?

¿Cómo se puede ser juez
sin sentir por el hombre desprecio?
Aunque el trabajo sucio, cierto es,
que alguien tiene que hacerlo...

Que dificil ser juez
y en este mundo ejercer,
aunque prefiero ser juzgado
y poderme defender.

Autor: Manuel Lijó Moares

PRESIDIARIO








Tras los muros de una cárcel
llora triste un presidiario,
privado de libertad
sin haber sido juzgado.

Lo prendieron por estar
en lugar equivocado,
sin testigos ni coartada,
sin haber hecho algún daño.

Lentitud de la justicia
y no ser adinerado,
al no poder pagar fianza
lo han encarcelado.

Hasta que se celebre el juicio
habrán pasado dos años,
habrá perdido el trabajo
y quedará marcado.

¿Quién le compensará entonces,
cuando se haya demostrado
que otra vez a un inocente
la vida hemos destrozado?

Nadie podrá devolverle
cuanto se le ha quitado,
las sonrisas de su niña
y de su mujer besos y abrazos.

Nadie podrá devolverle
de su vida esos años,
ni podrá quitarle nadie
miedo y angustia pasados.

¿Quién dijo que se era inocente
hasta demostrar lo contrario?
El pobre es siempre culpable
y el diablo es su abogado.

Tras los muros de esa cárcel
muchos otros confinados,
son ahora su familia
y se han solidarizado.

Intentan llenar sus horas
y comprenden su tragedia,
no son todos tan malos
los que viven tras las rejas.

Tras los muros de la cárcel
otro mundo hemos creado,
para justificar su existencia
mil leyendas inventado.

Seguirá habiendo muros
mientras sea necesario,
pues son el parche de un mundo
imperfecto y desordenado.

Autor: Manuel Lijó Moares

NO LE NIEGUES PAN A UN POBRE


No le niegues pan a un pobre,
no le niegues la comida,
no le niegues el derecho
que también tiene a la vida.

No le niegues pan a un pobre,
ser pobre es toda su suerte,
si le niegas el pan
lo condenas a la muerte.

Si a tu puerta llama un pobre,
el hambre a tí le ha llevado,
dale comida caliente,
dale comida y trabajo.

El pobre, no lo es por gusto
ni porque lo haya elegido,
lo es porque le tocó ser pobre,
nada tiene ni ha tenido.

Cualquier persona que es pobre
y tiene necesidad,
precisa que le ayuden,
pide una oportunidad.

Jesús eligió ser pobre
según nos cuenta la Biblia,
grandes pobres de la historia
nos legaron sabiduría.

Muchos ricos confesaron
haber sido pobres un día,
pero de valor se armaron
y lucharon por la vida.

No mires mal nunca a un pobre
solo por su condición,
pues igual que tú, él es hombre
y late en él un corazón.

Pobres que pueblan el mundo
y mueren por millones,
necesitan de tu ayuda
y de gobiernos, soluciones.

Hata haber erradicado
del planeta la pobreza,
el orgullo de ser humano
se lo come la vergüenza.

Donde hay pobres hay valores
para muchos desconocidos,
humildad y gratitud,
de la miseria nacidos.

Pero también hay pobreza
en los países más ricos,
comparten terreno, chabolas
y lujosos edificios.

No le niegues pues, a un pobre
que su vida ya es muy dura,
y seguro que a él le llega
lo que para tí es basura.

Tiéndele la mano a un pobre
ayudando en lo que puedas,
que tirando entre todos,
podremos con la pobreza.

Autor: Manuel Lijó Moares

NIÑOS DELINCUENTES


Nacidos en el arroyo,
hijos de nadie,
hermanos de las ratas
y dueños de la calle.

Alumnos de la vida
en zonas marginales,
sucios y rotos,
las peleas, su lenguaje.

Niños delincuentes
maestros de supervivencia,
armas, sus juguetes
y su religión, la violencia.

Dejados de la mano
del amparo social,
carne de presidio,
embajadores del mal.

Mirada profunda,
desconfianza permanente,
entrenados para huir,
niños delincuentes.

Primero el tabaco,
las drogas lo siguiente,
no conocen el sabor
de caramelos y pasteles.

Reconocen bien los palos
mas no saben qué es cariño,
maduros y endurecidos
en cuerpos de niño.

No reproches a estos niños
su modo de vida,
si quieren sobrevivir
no tienen otra salida.

No compares a estos niños
con los niños de tu casa,
en las mismas condiciones
tus hijos serían ratas.

Ahora mírate al espejo
y piensa en estos chavales,
ves su rostro y su entorno
y ves que no son culpables.

Mira a tus hijos, sus sueños,
durmiendo en camas calientes,
si les quitas cuanto tienen
también serían delincuentes.

A la vuelta del tiempo
los niños se hacen mayores
y lo que hoy es delincuencia
mañana serán horrores.

Ladrones, asesinos,
terroristas, violadores,
devuelen a la sociedad
su desprecio y sus rencores.

Autor: Manuel Lijó Moares

DAME UN PÉTALO DE ROSA


Dame un pétalo de rosa
y te regalaré un poema,
dame las espinas
y dime que esperas.

Dame un beso de tus labios
y te daré una flor,
pero si me das desprecio
no esperes amor.

Dame tu presencia
cuando me veas solo,
y en tus horas bajas
tendrás mi apoyo.

Siembra hoy en mi tierra
y mañana habrá cosecha,
mas si hoy no plantas semilla
mañana solo hallarás hierba.

De tus actos de hoy
tendrás mañana los mios,
pero no pidas calor
donde solo diste frío.

Aprende a dar, si no sabes,
puedes necesitar mañana,
pero nunca lo des todo
o te quedarás sin nada.

Dame un halo de esperanza
cuando todo haya perdido,
y tendrás mi confianza,
y hallarás en mi un amigo.

Dame de lo que te sobra
que para mí, es suficiente,
ya que, el que hoy recibe,
mañana lo agradece.

Pero cuando des
hazlo con el corazón,
no por interés,
aunque sea una inversión.

Da siempre que puedas
a quien lo necesite,
y te volverá con creces
lo que un día diste.

La generosidad
es virtud que honra,
y no te cuesta tanto dar
cuando a ti te sobra.

Autor: Manuel Lijó Moares

JURAMENTO

Tan lejos estás de mi
y que cerca te siento,
me trae tu aroma el viento
y tu voz vuelve a sonar,
mas aún así, me lamento
de no poderte acariciar.

Que lejos estás de mi,
aunque de mi, estás dentro,
pues te llevo en mi corazón
y aunque pierda la razón
y aunque pierda hasta el aliento,
no te dejaré de amar.

Y mi mente está confusa,
mi cerebro enloquecido,
pues no se puede entender
que haya en el mundo un motivo
para que tanto querer
no pueda ser compartido.

Que la distancia nos separe
de esta manera más tiempo
no he de permitirlo yo,
ni tu has de sufrirlo,
que si un día te juré amor
ya es hora de cumplirlo.

Y se volverán a tocar
mis manos con tus manos,
mis labios con tus labios
y mi pecho con tu pecho,
en un abrazo interminable
y en un silencioso beso.

Y se volverán a fundir
mis ojos con tus ojos,
mi aliento con tu aliento
y mi cuerpo con tu cuerpo,
en la pasión inagotable
del amor que llevo dentro.

Y es por ello que aquí y ahora
hago este juramento,
no descansaré hasta sentir
realizado tal encuentro,
pues si hemos de vivir,
que no sea en este infierno.

Autor: Manuel Lijó Moares

Si quieres ser presidente


Complacido he quedado
y admirado por tus versos
y es que inspiran los perversos
mucho más que los amados,
mas la tinta de mi pluma
tiene aún para dar guerra
sálvese de ella quien pueda,
que si canto yo al gobierno
por llevarnos al infierno
habrá versos con razón
también para oposición,
pues no es justo que Mariano
se dedique solo a hablar
cuando es hora de actuar
y España le está pidiendo
que convoque cuanto antes
la gran manifestación.

Te lo están poniendo fácil
pero hay que reaccionar
dos partidas ya perdiste
y esta tienes que ganar,
pues ahí es que se demuestra
de que palo está uno hecho
y si tantos te han votado
para que les representes
has de ponerte ahora al frente
y actuar sin dilación,
que no es tiempo de palabras
si no van acompañadas
de movilización.
Defiende mis intereses
que para ello te he nombrado
no te quiero ver sentado
mientras mi país perece.

Y vaya esto para todos
los que están bajo tu mando,
alcaldes y presidentes
la calle os está esperando
que el sueldo que estáis ganando
no es regalo de amiguetes,
ese sueldo hay que ganarlo
con trabajo y con sudor.
Es hora de hacer pancartas
que armas son de democracia
y ganarse ahora el gobierno
olvidar las vacaciones
liderar manifestaciones
y dar un buen empujón.
Mano firme en el timón
apuntando con la proa
directamente a Moncloa
y sacar al presidente
de su cómodo sillón.

No esperes que ahora el triunfo
te llegue sin trabajarlo
pues si quieres gobernarnos
primero has de demostrar
que tienes madera
para a un pueblo liderar.
No todo ha de ser herencia
que si estás donde ahora estás
es porque te puso Aznar
y te ha llegado ahora el momento
de ganar la confianza
de aquellos que te apoyaron
sin exigirte tributo.
al parado, al pensionista,
al funcionario y al empresario,
a quien antes no dio un duro
por tu candidatura,
saca pecho y mano dura
que a estos tienes que apoyar
si mañana presidente
te quieres hacer llamar.

Autor: Manuel Lijó Moares

Zapatero a tus zapatos


Por sorpresa y tras tus trampas
llegaste a la presidencia,
sin equipo de gobierno, sin programa
y sin decencia.

Sorprendido tras los votos
tenías que gobernar,
tiraste de unos colegas
y empezaste a improvisar.

A Moncloa te mudaste
con la familia detrás,
ahí comienza el gran desastre
disparate nacional.

Con tu banda te reúnes
y todo patas arriba,
Rubalcaba, Delavega,
Solbes, Calvo y la tira.

Lo primero, y es de recibo,
sacas las tropas de Irak,
y así, que no se diga…
que es promesa electoral.

Si decirle nada al pueblo
que te aclama por la gesta,
comienzan a llegar muertos
de Afganistán, donde es la fiesta.

Ahora Bush es tu enemigo
pero alianzas no te faltan,
tirando de talonario,
los de la coca y la manta.

En honor a tu ceja
y a base de subvenciones
se crea hasta un club de fans,
tus colegas, los bufones.

Abres nuevos ministerios
para gastar en chorradas,
colocas a tus amigos
y negocias con etarras.

Y te avisan, ten cuidado
que la cosa se pone dura…
mintiendo y con despilfarro
se gana otra legislatura.

Cuando todos ven la crisis
para ti es deceleración
y si no nos gusta el nombre
le llamamos recesión.

Ya has comprado sindicatos,
Leire, Blanco y otras piezas
equipo de mentecatos
sin pudor y sin vergüenza.

Con millones de parados
y deuda descomunal
no hay quien te apee del burro
y el pueblo sin reaccionar.

Los impuestos hacia arriba
las pensiones a la baja
los vagos exprimiendo
al que todavía trabaja.

Esto ya no hay quien lo aguante,
España se va al carajo…
Zapatero y su talante
Y yo en la próxima, me bajo.

Autor: Manuel Lijó Moares

ME SOBRA LA VIDA








Si mis sueños se derrumban
y no existe ya ilusión,
¿de que sirve que siga
latiendo mi corazón?

Si se han borrado las huellas
que dejé en el camino,
seguir pisando en la arena
carece ya de sentido.

Si no hay cosecha en mi campo
después de tanto sembrar,
me rindo ante la evidencia,
no quiero continuar.

Me sobra la vida,
me faltan motivos,
ya no hay sentimientos
por los que estar vivo.

Me sobra el camino,
la noche y el día,
me sobra el atillo,
me sobra la vida.

Si exhausto desfallezco
ante tanta adversidad,
vivir más no merezco,
pues nada va a cambiar.

Es triste haber llegado
a tal desesperación,
sin voluntad ni horizonte,
muerto en vida, sin razón.

No es justo vivir postrado
cuando el cuerpo no responde,
la mente me tortura
y la muerte no me socorre.

Si el sendero recorrido
en abismo ha terminado
¿Quién sois para decidir
que haya de ser torturado?

Solo os pido compasión,
poned fin a mi sufrimiento,
¿No escucháis mi dolor,
ni sentís mi tormento?

Sociedad sorda y ciega,
dejadme decidir,
que me sobra ya la vida
y solo quiero morir.

Autor: Manuel lijó Moares

MANCHADAS TENGO MIS MANOS







Manchadas tengo mis manos
con la sangre de mi hermano,
aquel que no conocí
y cuya vida he sesgado.

Manchada quedó mi alma
y mi corazón rasgado,
porque solo lo maté
por cumplir como soldado.

Me alisté en un ejército
que creí justificado,
para ayudar a la gente
y no para matarlos.

Marioneta de esos locos
que no ven la cara a la muerte,
disparé contra otros hombres
igual que yo, inocentes.

Y tuve que ver la agonía,
el horror y el sufrimiento,
mis pesadillas, sus rostros,
solo escucho sus lamentos.

He visto y olido el miedo,
he luchado por mi vida,
siendo pieza en un tablero
en que otros juegan su partida.

Manchadas tengo mis manos
por matar a sangre fría
en el campo de batalla,
no hay razón a tal sangría.

El hedor de los cadáveres
y sus miradas perdidas,
han penetrado en mi mente
y me torturan cada día.

Dios perdone a mi alma
pues sabe que no quería,
que engañado fui a la guerra
contra un monstruo que no había.

Manchadas tengo mis manos
con la sangre de otras vidas,
y mi alma vendida al diablo
por creer una mentira.

Dudo que esta sea la forma
de honrar uniforme y bandera,
matando y torturando
a la gente de otras tierras.

No creo que sea, de honrar
a mi patria, la manera,
más bien será con el tiempo,
en la historia, mi vergüenza.

Hundido vuelvo ahora a casa,
atrás queda la metralla,
la muerte injustificada
no la compensa medallas.

Manchadas tengo mis manos
y esa sangre no se borra,
dirigentes sin escrúpulos
me han hecho perder la honra.

Autor: Manuel Lijó Moares

EL SENTIDO DE LA VIDA







Por la orilla de la playa,
caminando va una niña,
sus cabellos mece el viento,
la mirada, perdida.

Tez pálida, ojos claros,
delgada y fría,
¿Qué te pasa?
le pregunto,
se para y me mira.

Me muestra sus manos vacías,
una lágrima recorre su mejilla,
Y con voz temblorosa, que casi no se oía,
me responde:
He perdido y no encuentro,
el sentido de mi vida.

¿Te ayudo a buscarlo?
No, señor, es cosa mía.

Cabizbaja continúa su camino,
y parece que ve algo, un poco más arriba.
Entre unas hierbas se agacha
y ante la mirada mía,
mira al cielo y suspira.

Pero pronto desdibuja
de su cara la sonrisa.
Una espina se clava en su carne,
una gota de sangre y expira.

Fue su último aliento,
su cuerpo cae sin vida.
La cogí en mis brazos
y la llevé a la orilla.
Mientras la miraba, desaparecía.

No la volví a ver,
aunque vuelvo cada día.

Autor: Manuel Lijó Moares

GALICIA


Madre de gente noble,
humilde y trabajadora,
de mujeres y hombres
que orgullosos te nombran.

Tierra a veces lejana
para el gallego emigrante,
cuna y camposanto,
pastos y mares.

Verde y frondosa,
húmeda y pura,
Galicia, hermosa
y a veces oscura.

Presente siempre
en el mundo entero,
estés donde estés,
siempre habrá un gallego.

Albariño y pulpo,
marisco y ribeiro,
queimada, filloas,
empanada y cachelos.

Sabores enxebres
de platos suculentos,
sabor a Galicia,
identidad de un pueblo.

Paisajes de bosques
playas y aldeas,
grabados en retinas,
morriña gallega.

Solo quien de Galicia
tuvo que marchar,
vio que en el mundo
no hay sitio igual.

Galicia, mi tierra,
gaita y tambor,
suena una muiñeira
y se olvida el dolor.

Tierra que acoge
al forastero
y le hace sentir
como un gallego.

Cantos que arrancan
los sentimientos
llevan mensaje
puro y sincero.

Galicia marinera
y la del labriego,
Galicia es costa
y tierra adentro.

Galicia tiene todo,
lluvia y sol,
Galicia enamora
y roba el corazón.

No hubo quien viniese
y después de ver,
a esta tierra meiga
no quisiera volver.

Autor: Manuel Lijó Moares

LA CIEGA


Bien temprano cada día
por la calle la verás,
repartiendo alegría
por donde quiera que va.

La llaman la de la suerte
porque un día dió el premio,
y fué sonado en el barrio
aunque ella no pudo verlo.

A veces le preguntan
¿no te gustaría ver?
y ella responde sonriendo,
¿quién te ha dicho que no veo?

Veo un mundo de colores,
de formas y sentimientos,
veo inquietud en la gente,
con el corazón lo veo.

Veo incluso muchas cosas
que tú nunca podrás ver,
veo el frío, el calor y el viento,
veo tu forma de ser.

Y cuando acaricio tu rostro
suavemente con mis dedos,
veo lo que nadie en tí a visto,
lo que no se puede ver.

¿Para que quiero unos ojos
que me cuenten mentiras?
yo puedo ver la verdad
y el sentido de la vida.

Puedo ver el campo verde
y con flores todo el año,
puedo ver caras alegres
en invierno y en verano.

Cielo azul aunque las nubes
para tí, gris lo han pintado,
auguas limpias en los ríos
y ningún bosque talado.

Y a mí me llamáis la ciega,
¿Es que no veis que ha pasado?
en el mundo que os dio Dios
un infierno habéis creado.

Mejor que ver tanta basura
y no ponerle remedio,
en un momento de cordura
¿no os gustaría ser ciegos?

Autor: Manuel Lijó Moares

CUENTO DE UNA GUERRA


En un país muy lejano
gobernaba un dictador,
con su pueblo era un tirano
imponiendo el terror.

Cierto día, el gobernante
del país más poderoso,
decidió que acabaría
con el dueño del petróleo.

Y de paso, si se tercia
demostraría así su fuerza,
"ya que me han dado el mando,
heré lo que me apetezca".

Embaucó a un par de pardillos
para tal noble contienda,
convenciéndoles de que aquello
causa justa y noble era.

Saltándose a la torera
toda ley y voluntad,
envió tropas armadas
para, al pueblo liberar.

Desoyó otras opiniones
que veían el descalabro,
convencido de que al pueblo
no es necesario escucharlo.

Y fué así que en un alarde
de gran supremacía,
hizo de Irak un tablero
y jugó su partida.

Lanzó bombas desde el aire
persiguiendo su objetivo,
y consignas envió al mundo,
"estáis contra mí, o conmigo".

Por fin, tras miles de muertos
apresó al dictador,
erigiéndose ante el mundo
como el gran libertador.

"Me llevo vuestro petróleo
para pagar la contienda,
y os dejo el país en ruínas
vuestros muertos y miserias".

"Os dejo sin dignidad
tras mataros como a animales,
que si han caído inocentes,
son daños colaterales".

Y por si quedásen dudas
de quien tiene aquí el mando,
decide quien gobierna
y también hasta cuando.

Aunque viendo que la cosa
de su futuro se pone mal,
exige para sus actos, aprovación internacional.

No aparecieron las armas
ni el terrorísmo ha terminado,
pero quiere convencernos
de que el pueblo ha ganado.

Quizás en un futuro
el pueblo le de la razón,
y haya sido necesaria
esta intervención.

Pero si hay algo seguro
y en este cuento está claro,
es que con razón o no,
aquí huele un poco raro.

Autor: Manuel Lijó Moares

CINCO SENTIDOS

Ver pasar una nube,
ver crecer un árbol,
los niños jugando,
ver el arco iris y el mar,
todas las cosas hermosas
poder ver y disfrutar.

Escuchar una canción,
una hermosa melodía,
oír tu voz cada día,
y el latir del corazón
el soplo del viento
y los sonidos del momento.

Sentir tu suave piel
al tacto de mis dedos,
tus sedosos cabellos,
el frío y el calor,
la fuerza de un abrazo
y un beso de tus labios.

La fragancia de una rosa,
el olor de tu perfume
que me trae dulces recuerdos,
el aroma que, del horno
anuncia un plato suculento,
y el olor que me trae el viento.

Dulce miel en mi boca,
mi lengua recorre tu cuerpo,
a veces sabor incierto
que sorprende a mi paladar,
agridulce, suave o seco,
exquisito manjar.

Un juego de sensaciones
combinando los sentidos,
nuestros cuerpos fundidos
y el placer de amar
sin tiempo de por medio
en un abrazo eterno.

Vista, oído y olfato,
el gusto y el tacto,
para disfrutar de tí
en un encuentro sin fin,
que quiero sentirte toda
y de placer morir.

Autor: Manuel Lijó Moares

CIERRA LOS OJOS


Cierra los ojos y empieza a soñar,
descubre un mundo diferente,
dame tu mano y déjate llevar
por los caminos de la mente.

Cierra los ojos y confía en mí,
escucha el sonido de la vida,
siente tu cuerpo levitar,
siente la brisa y respira.

El mundo que conoces queda atrás,
atrás quedan las mentiras,
ya no tendrás que soportar
a toda esa gente ruín y mezquina.

Ven a mi luz que te guía,
aquí terminan tus sufrimientos,
no te resistas, no luches más,
libera tu alma en este momento.

Hoy he venido a buscarte,
ven conmigo a la eternidad,
donde todos son iguales,
donde solo hallarás paz.

Renuncia a todo cuanto conoces,
no te aferres más a la vida,
lo que aquí tienes, no vale nada,
dame tu mano y expira.

Así... mira tu cuerpo destrozado,
sin nadie a tu alrededor,
y mira como brilla esa luz
que te lleva a una vida mejor.

Fría habitación de hospital
en la que te ha llegado el momento,
solo el llanto de una niña
puede romper el silencio.

No, no vuelvas atrás,
ya has emprendido el camino,
no respires, no me sueltes,
tienes que venir conmigo.

No, no te resistas más,
abandona ese cuerpo inútil,
no, no vuelvas a esa vida,
escúchame y sigue el camíno.

Tú has decidido tu suerte
pero volveré algún día,
hoy escapaste a la muerte
pero no es para siempre la vida.

Aprovecha ahora tu tuempo
que yo esperaré paciente,
ya te llegará el momento,
nadie escapa de la muerte.

Hoy, el llanto de esa niña
te dió fuerzas para evadirte,
mas no siempre habrá un motivo
para no querer morirte.

Ahora me voy y te dejo
con todos esos mortales,
todos vendréis conmigo,
preparaos para el viaje.

Autor: Manuel Lijó Moares

CANTAUTOR

Con su guitarra a la espalda
y el estómago vacío,
en la estación de metro
vaga perdido.

Cantautor desconocido
y creador de ilusión,
romántico empedernido
te regala una canción.

Le canta a la vida,
al amor y a la aurora,
le canta al progreso
y al pasado que añora.

Le canta a esa chica
que le robó el corazón,
y a tí te dedica
también su canción.

Por las cuerdas, sus dedos
con suavidad desliza,
su canción es la herida
que no cicatriza.

Acordes que salen
de su guitarra,
su única amiga,
que le acompaña.

La calle se envuelve
con ese sonido,
melancólico y triste,
a veces perdido.

Quizás algún día
grabe un disco,
quizás su canción
no diga lo mismo.

Cantautor que convierte
aquello que toca,
en poema de vida,
que cautiva y provoca.

Hombre que al verso
consagró su vida,
poeta que expresa,
cuanto en el anida.

Cantautor que llega
de amor repleto,
cantautor y poeta,
para tí, mi respeto

Autor: Manuel Lijó Moares

BOSQUE

Tan lleno de vida
fauna y vegetación,
encierras misterios
de magia e ilución.

Aquelarres y sacrificios
de un tiempo de brujas,
secreto de amantes,
escondite de granujas.

Ramas que se enredan
en las altas copas,
raíces que emregen
de un lecho de hojas.

Trinar de los pájaros,
gritos de fantasmas,
rugido de bestias
y suspiros de ánimas.

Bosque encantado
de cuento o leyenda,
tenebroso y oscuro,
sombras y tinieblas.

Bosque frondoso,
riachuelos de agua fresca,
vida a costa de muerte,
ley de supervivencia.

En tí yace una niña
que fué secuestrada,
escondieron su cadáver
en tus entrañas.

Bosque inaccesible,
nido de alimañas,
reina el desorden
de trocos y ramas.

La luna llena
a veces romántica,
en tí se torna
amenazadora y trágica.

Bosque aterrador
sin caminos marcados,
engulles al hombre
que en tí se ha internado.

Musgo, serpientes
y setas venenosas,
cuerpos podrídos
tus entrañas forman.

Bosque, que la vida
en muerte conviertes,
absorviendo la carne
putrefacta, creces.

Autor: Manuel Lijó Moares

ASÍ ERES (autoretrato)

Frío, transparente y cortante,
duro y quebradizo,
cual cristal, como un diamante,
así es tu carácter.

Eres todo y nada eres,
como el sabio que no sabe,
como el fuego que no quema,
como el leño que no arde.

Das todo a quien lo merece
y en castigar no vacilas,
a quien daño hace en tu carne,
quitándole hasta la vida.

Eres fuerte en carne débil,
no eres luz, pero iluminas,
eres angosto sendero
por el que muchos caminan.

Eres palabra sin voz,
que se escucha o se adivina,
eres voluntad de otros,
sin calvario y sin fatiga.

Eres líder, aún sin fieles,
cualquier situación dominas,
para ellos, dulces mieles,
para tí, amarga vida.

Autor: Manuel Lijó Moares

ANGUSTIA

Angustia que oprimes mi pecho
cortándome la respiración,
angustia que me quitas la vida,
el aliento y la razón.

Malos tiempos me han tocado vivir,
mala racha he de soportar,
el aire se vuelve espeso
y la saliva me cuesta tragar.

Recuerdos de tiempos mejores
invaden mis pensamientos,
si hubiese guardado entonces,
hoy no sería tormento.

¿Cómo no lo vi venir,
si me venía de frente?
Echando la vista atrás
parece tan evidente...

Y ahora me toca vivir
esta mala situación,
del pasado añoranza
y para el futuro, lección.

Angustia que oprimes mi pecho
y no me dejas vivir.
Pesadillas son mis sueños,
mi existencia, un gran sufrir.

Autor: Manuel Lijó Moares

ALGÚN DÍA

Algún día, sin darte cuenta,
volverás tu mirada atrás,
al ver tu corazón vacío,
ya no sonreirás.

Algún día, cuando recuerdes
y no sientas lo mismo ya,
tu vida no tendrá sentido
y caminarás por caminar.

Ojalá no llegue ese día,
ojalá no llegue jamás,
pues más doloroso que enamorarse,
es tener que dejar de amar.

Y ese mismo día, si llega,
yo también miraré hacia atrás,
mi corazón estará vacío
y mi sonrisa no existirá.

Y ese día, cuando yo recuerde
y no sienta lo mismo ya,
mi vida no tendrá sentido
y caminaré por caminar.

Ojalá no llegue ese día,
ojalá no llegue jamás,
pero solo de nosotros depente
que eso pueda o no pasar.

Autor: Manuel Lijó Moares

HABÉIS CALLADO SUS VOCES (11 M)


Habéis callado sus voces,
¿qué decían que no os gustaba?
Habéis sesgado sus vidas,
¿es que no valían nada?

Hombres, mujeres y niños,
gente que luchaba por vivir cada día,
gente que amaba, gente que sentía,
personas y sus almas.

Habéis parado su tren,
pero no lograréis parar
el tren en que viaja ESPAÑA.

El tren que en su camino
reafirma la democracia,
el que no se detiene,
al que nadie calla,
ni las bombas del terrorísmo
ni las guerras, ni la infamia,
ni las mentiras que nos cuentan,
ni las verdades que se callan.

Habéis callado sus voces
pero no la voz de ESPAÑA.
La que suena como una,
la que grita y la que canta.

La que más allá de colores,
religiones o razas,
dice NO al TERRORÍSMO,
o a las guerras y desgracias
que producen otros hombres,
sin dignidad ni palabra.
Que por encima de ideologías
la LIBERTAD se alza.
Vuestra causa no vale una vida,
si esa vida es arrebatada.

Nos queda el recuerdo de
nuestros muertos.
A vosotros, no os queda nada.

Autor: Manuel Lijó Moares


A las víctimas del terrorísmo y a sus familias y amigos.
Escrito el 12 de marzo de 2004.
Con el deseo de que algún día, se conozca toda la verdad y "todos" los culpables sean descubiertos y juzgados.

ARDE EL MONTE


Arde el monte,
todo se quema,
pasto de las llamas
a muerte suena.

Humo y brasas
todo lo impregnan,
el viento empuja
y nada lo frena.

Arde el monte,
muere la tierra,
perece la fauna
en sombra negra.

Desesperados
los hombres intentan
luchar contra un fuego
que se incrementa.

Fuego provocado
por intereses,
dinero sucio
que huele a peste.

Bosque que era,
ahora desierto,
antes vida
ahora espectro.

Árboles sucumben
al poder del fuego,
desnudos, quemados,
paisaje muerto.

Llamas que apuntan
hacia el cielo,
desatan la furia
del infierno.

Vista desoladora
verano amargo,
tragedia de un fuego
que fué provocado.

Arde el monte
hasta sus entrañas,
por miserables
de mala calaña.

Monte devorado
por la gran bestia,
que a su paso
nada deja.

Arde el monte
arde la vida,
queda la tierra
en tristeza sumida.

Autor: Manuel Lijó Moares

AMIGO


Si al necesitarte apareces
sin que tenga que llamarte
y estás siempre dispuesto
a entenderme y escucharme,
eres mi amigo.

Si cuando busco consejo
tus ojos guían mi ceguera
y te implicas sufriendo
como tuyos mis problemas,
eres mi amigo.

Si tus mejores momentos
conmigo los compartes
y me cuentas tus secretos
sin tener que preguntarte,
eres mi amigo.

Si mi amistad valoras
por encima de todo
y ante la adversidad
luchamos codo a codo
eres mi amigo.

Si al verme abatido
me ofreces tu hombro
y lloras conmigo
y conmigo tocas fondo,
eres mi amigo.

Conocido o compañero
no te hagas llamar amigo,
la amistad es algo serio
y se gana con los hechos,
ser amigo son derechos
que solo da el sacrificio.

Es por ello que un amigo
pocos llegan a tener,
y a menudo, cuando tienes
junto a tí a un buen amigo
no lo llegas a ver.

Llamas amigo a cualquiera,
con quien pasas buenos ratos,
con quien ries y a quien ves
tan solo de vez en cuando,
y en tus momentos amargos
no sabes donde encontrar.

Quien nunca tuvo un amigo
jamás sabrá valorar
cuan maravillosa es la vida,
cuando esta es compartida
por medio de la amistad.

Pero si hay alguien, que un día
por tí se jugó la vida,
renunció por tí a todo
sin importarle lo que perdía,
ese es tu amigo.

Y una vez lo has encontrado
no le des jamás la espalda,
perdónale cualquier fallo,
sé su amigo, sin dudarlo
y serás hombre feliz.

Autor: Manuel Lijó Moares

ADICTOS A LA NICOTINA


No somos viciosos
ni gente mezquina,
somos adictos
a la nicotina.

Nos llamáis fumadores
siempre molestamos,
y nos margináis
como a apestados.

Maldito cigarrillo
del que soy esclavo,
por más que lo intento
no puedo dejarlo.

Maldita la hora
en que caí en sus redes,
envenenó mi sangre
y me mata lentamente.

Y consideráis
que fumar está mal,
peor es que una droga
sea legal.

Hipócrita estado
que me lo vende,
le pido ayuda
y no me la ofrece.

Hacienda me exprime
y sanidad me señala,
me roban el dinero
y encima me matan.

Me anunciaban el tabaco
y eso sí está mal,
en la única televisión
que además era estatal.

Tenía por entonces
tan solo catorce años
y no me advirtieron
de que me iba a hacer daño.

Es más, me lo vendían
como símbolo de hombría,
si quieres ser un hombre,
¡toma nicotina!

Ahora, con el tiempo
tienen la seguridad
de que es una droga
y te puede matar.

Pero no hay para nosotros
un tratamiento,
porque no representamos
un peligro social.

No robamos, ni matamos
para comprar nuestra droga,
pagamos más impuestos
a un estado que nos roba.

Narcotraficantes que se sirven
de camellos ilegales,
delincuentes con inmunidad,
no hay gobierno que lo pare.

Codiciosos del dinero
que vendéis la mercancía,
y luego engañáis al pueblo
con soluciones ficticias.

Tanto dinero gastado
en supuesta prevención
robado a gente enferma,
víctima de una adicción.

Autor: Manuel Lijó Moares

MALOS TRATOS







Moretones por todo el cuerpo,
un ojo hinchado,
la autoestima por los suelos,
huesos quebrados.

La negación y el silencio
no pueden ocultarlo,
un entorno cómplice
de malos tratos.

Mentiras en el hospital
y en el juzgado.
Pánico que encubre
a un desgraciado.

Leyes que no protegen,
no es caso aislado.
Penas que no disuaden
al hombre armado.

Sociedad que lo padece
y mira a otro lado,
y alguna voz que dice,
se lo ha buscado.

Golpes contra la carne,
cuerpo marcado
por alguien que se cree
su propietario.

Un día le dió su amor
y hoy, a cambio,
solo recibe insultos,
amenazas y palos.

Castigo por ser mujer,
en un mundo diseñado
para que haya de prevalecer
la ley del macho.

Mente torturada,
miedo a denunciarlo,
escalofrío que recorre
su cuerpo helado.

Sabe que está sentenciada,
se lo ha anunciado,
espera paciente a la muerte,
se ha resignado.

Será noticia un día,
motivo de comentarios,
una víctima más
de malos tratos.

Autor: Manuel Lijó Moares

NEGROS DE PATERAS


Sentenciados en su tierra
compraron un sueño,
en busca de mejor vida,
de un futuro halagüeño.

Embarcan en pateras
con la mirada perdida,
se lo han jugado todo
y se juegan la vida.

Travesía penosa,
algunos no llegarán,
la esperanza les da fuerzas,
han dejado todo atrás.

Condiciones infrahumanas,
víctimas de la mentira,
para sustento de mafias
a quienes no importan sus vidas.

Ya sin fuerzas, extasiados
ven la tierra prometida,
arrojados son al mar
y que la suerte diga.

Algunos alcanzan la costa
y consiguen esconderse,
la oscuridad de la noche
y su piel, les favorece.

Otros terminan su ruta
sin pisar ya más la tierra,
el mar se cobra sus vidas
sus bestias dan cuenta de ellas.

Agonía, sufrimiento,
gritos casi sin aliento,
llantos que no escucha nadie
y en un momento, silencio.

Los que tuvieron más suerte
y ganaron la partida,
guardarán para siempre
esta angustia en sus retinas.

Desheredados del mundo
y para vivir día a día,
entrarán en otro círculo
que nunca tiene salida.

Otras mafias aprovechan
la situación que les brinda
mano de obra barata
o al precio de una comida.

Una manta en la calle
y sobre ella mercancía,
otro día escapando
de la policía.

No hay papeles ni futuro,
no hay tal tierra prometida,
no hay derechos sociales
ni hay derecho a la vida.

Inmigrantes ilegales
en un mundo con fronteras,
tratamos mejor a animales
que a los negros de pateras.

Autor: Manuel Lijó Moares

MUJER







Fuerte y sufrida,
dadora de vida,
en la historia perseguida,
injustamente tratada,
mujer, solo por nacer
debías de ser adorada.

Derechos pisoteados
durante tantos años,
y aún en este tiempo
de hipocresía y mentira,
mujer, sufres la tiranía
de quien te debe el ser.

Pues una mujer humillada,
por el hombre maltratada,
representa a toda mujer,
madre de quien maltrata,
esposa de quien humilla
e hija de ese mal ser.

Mujer, solo por ser mujer
a lo más alto te elevo
y concebir no puedo
que alguien te haga sufrir,
cuando ya es tanto el sufrimiento
para a un hombre parir.

Ejemplo tú de hermosura,
inspiración del arte,
deseo, mujer, de amarte,
y tus susurros al oído
escuchar quiero eternamente
como un canto celestial.

Un sueño hecho de carne,
capaz de cualquier cosa,
inteligente y hermosa,
calculadora y paciente,
trabajadora eficiente
por un injusto jornal.

Mujer, que injusto destino,
objeto de insinuaciones,
que te pongan condiciones
y tener que demostrar
día a día tus cualidades
para poder competir.

Que en las mismas condiciones,
mujer, si fueses hombre
más alto habrías llegado,
pero se te ha negado
que puedas ser igual,
y has de ir siempre detrás.

Revélate contra el mundo,
coge la sartén por el mango,
exige tu puesto y tu rango
y no te dejes pisar.
Mueve y remueve el sistema
que tienes las de ganar.

No aceptes las migajas
ni engaños complacientes,
que unidas, sois más fuertes
y si os cruzáis de brazos
las mentes más obtusas
tendrán que claudicar.

Autor: Manuel Lijó Moares

A ti (Ama de casa)


A ti que has visto tanto
a lo largo de tu vida,
y que has tenido que oir
tantas cosas cada día.

A ti que el sol ha curtido la piel
y los golpes quebrado tus huesos.
A ti, que el tiempo te ha encogido
y ha blanqueado tus cabellos.

Tu has traído hijos al mundo,
media vida les has dado,
tu trabajo ha sido duro,
has perdido y has ganado.

Alegrías y penas,
risas y llantos,
una vida de emociones,
tiempos dulces y amargos.

A ti, que no destacaste,
habiendo hecho tanto,
pasaste discretamente,
sin escribir el pasado.

De profesión, tus labores,
pluriempleo sin salario,
ama de casa, dueña de nada,
esclava a destajo.

A ti, que nadie ha reconocido
tui papel tan necesario.
A ti que nadie agradece
que todo de ti hayas dado.

Madre, esposa, amante fiel,
contable, asistenta, enfermera,
psicóloga, maestra, juez
y todo ello sin carrera.

A ti, licenciada sin títulos
y fuente de sabiduría,
estos versos te dedico
en el ocaso de tu vida.

Autor: Manuel Lijó Moares

Te quiero


Aunque no leas en mis ojos,
mis ojos dicen "te quiero".
Aunque no escuches mi voz,
mi voz te dice "te quiero"
Aunque no sientas el latido de mi corazón,
siempre dice que te quiero.

Donde quiera que estés,
en todo momento,
un grito sale de mí
diciendo cuanto te quiero.

Aunque mis caricias no te hagan estremecer,
mis manos dicen "te quiero".
Aunque no entiendas mis besos,
mis labios dicen "te quiero".
Mi cuerpo dice "te quiero"
aunque no avive tu fuego.

Un día se lo dije al mar
y el mar se lo dijo al viento
y el viento salió en tu busca,
para decirte que "te quiero".

Se lo conté una noche a la luna
y la luna al lucero
y este se lo dijo al sol
y el sol tomó nota de ello,
y al salir cada mañana,
en verano o en invierno,
en primavera o en otoño...
el sol te dice que te quiero.

El aire que respiras
y mece tus cabellos,
la mar embravecida
y las voces del silencio,
cuanto te rodea,
te dice que te quiero
¿Cómo es que todavía
sigues tú sin verlo?

Aunque la vida pase
pacientemente espero,
pues se que una mañana
habrá llegado el momento.

Y te diré ¡te quiero!
aunque pase el tiempo,
aunque tú no me oigas,
aunque no quieras verlo.

Mires a donde mires
has de saber que es cierto,
y sientas lo que sientas
yo te seguiré queriendo.

Aunque tú nunca me quieras
y no quieras comprenderlo,
he de seguirte amando
pues es lo único que siento.

¡Ah!, si llegase el día,
que feliz ese momento,
en que te dieses cuenta
del amor que llevo dentro.

Que grande sería el milagro,
no podría ni creerlo,
si sintieses tú por mí,
lo que por ti, yo siento.

Autor: Manuel Lijó Moares