SER JUEZ
Que dificil ha de ser
tener que tomar partido
en desavenencias de otros
sin haber sido testigo.
Dictar sentencias a favor
de uno u otro lado,
solo por lo que te cuentan
y como te lo han contado.
Que tortura cada noche
para conciliar el sueño,
cuando la vida de alguien
arruinaste en un momento.
Ha de ser desagradable
descubrir que has sentenciado
a quien no era culpable
y luego se ha demostrado.
Ser el brazo de la ley,
jugar a ser Dios, siendo hombre,
por muy justo que quieras ser...
¿Quién por tu error responde?
Tener que dictar sentencia,
sentir en tu mano sus vidas,
quizás a base de verdades,
pero quizás, también de mentiras.
Que ingrato tiene que ser
saber que en esta partida,
ganes o pierdas no importa,
pues siempre pierde una ficha.
Que compromiso ser juez
y a la vez, que complicado,
injusto para uno has de ser,
demandante o demandado.
Y decidas lo que decidas,
cuando la suerte has echado,
te odiará uno para siempre
pues no ha de ser de su agrado.
¿Cómo se puede mirar
a la cara a un acusado,
cuando lo has de sentenciar
sin saber si estás errando?
¿Cómo se puede aguantar
ese peso como losa,
cuando has sentenciado a la vez
a sus hijos y a su esposa?
Ser juez, no es tarea fácil,
y menos, ser juez cada día,
con principios y creencias
que a veces la balanza inclinan.
Ser juez y ser justo,
y serlo cada jornada,
con leyes que otros dictaron
en medio de esta charada.
Ser juez, es condenarse
al infierno por los hombres,
si no has perdonado ¿pretendes
que a tí Dios te perdone?
¿Cómo se puede ser juez
sin sentir por el hombre desprecio?
Aunque el trabajo sucio, cierto es,
que alguien tiene que hacerlo...
Que dificil ser juez
y en este mundo ejercer,
aunque prefiero ser juzgado
y poderme defender.
Autor: Manuel Lijó Moares
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