DEDICATORIA

A la sociedad, a la mentira, a la verdad, al odio, al amor, a la radio, a la vida, a la muerte y a la sinceridad, a los pobres, a los ricos, al perfume de una flor, a los justos y a los engreídos, a los sueños, a los niños, a las víctimas del terrorísmo, al presidiario, al político, a quien hace lo que puede, al que puede y no quiere, a quienes me han inspirado para escribir estos versos, a las personas maltratadas, al anciano y a sus canas, a la libertad, a la puta, al inmigrante, al cura, al soldado y a los que aquí he olvidado, a todos les dedico estos poemas y vaya por delante mis excusas más sinceras si a alguno he ofendido, pero esto es lo que pienso, lo que siento y lo que digo.
A unos para demostrarles el cariño que les tengo y a otros para recordarles que no lo están haciendo bien.
También dedico estos versos, a canallas y perversos, maltratadores, terrorístas, a la peor calaña humana, a la justicia aún cuando es ciega, al poder que castiga, censura y quita vidas, a los que hacen la guerra, al que tortura y mutila, deseando que algún día esa especie se extinga.
A todos menos a uno y si te das por aludido, solo tú sabrás porqué. A tí prefiero ignorarte, pues tu ayuda me negaste, mi desprecxio por delante, que el mundo da muchas vueltas y nos hemos de encontrar. El tiempo te ha reservado el lugar que te corresponde y ahí estaré yo para verte cuando aprendas la lección. Nunca olvidaré lo que hiciste, aunque tienes mi perdón.

SEXO POR DINERO







Bajo el manto de la noche,
en una ciudad cualquiera,
una mujer solitaria
la oportunidad espera.

Unas calles más arriba
y otras calles más abajo,
en un parque retirado
el mismo oficio y trabajo.

Ropa escasa en noche fría
a lo largo de la ruta,
deja ver la mercancía,
cuerpo de prostituta.

Y atento vigila el chulo,
cual pastor a su rebaño,
que ofreciendo protección
le infringe luego daño.

Van pasando los cliente
que harán productivo el día,
el soldado, el funcionario,
el cura y el policía.

No se salva ni el político,
ni el supuesto puritano,
ni el marido de otra,
que hoy quiere cambiar de plato.

Aquí hay para todos los gustos,
gordas y delgadas,
morenas y rubias,
de razas variadas.

Son los grandes almacenes
en los que aceptan tarjeta,
el TOP manta del sexo,
tanto pagas, tanto llevas.

Gran negocio ilegal
que se anuncia en la prensa,
que a costa de la necesidad,
grandes fortunas ingresa.

Aquí no hay mujeres vejadas
ni lucha de sindicatos,
ni injusticias laborales,
cuando se mira a otro lado.

Aquí no hay acoso, ni leyes,
aunque el sexo sea obligado,
en las calles, en burdeles
o en hoteles camuflados.

Y los más adinerados
en este surtido bazar,
prostitutas de lujo
también pueden encontrar.

La artista y la famosa,
la aristócrata elegante,
de la que menos te esperas,
por dinero, te lo hace.

Para algunas, es sencillo,
para otras, un calvario,
para drogas, para el bingo,
para subsistir a diario.

El oficio más antiguo
que funciona en el mundo entero,
el que nunca hizo una huelga,
el del sexo por dinero.

Sexo a cambio de billetes,
de joyas o buena vida,
hay putas que no lo parecen
y otras lo son por comida.

Autor: Manuel Lijó Moares

No hay comentarios:

Publicar un comentario