Tan lejos estás de mi
y que cerca te siento,
me trae tu aroma el viento
y tu voz vuelve a sonar,
mas aún así, me lamento
de no poderte acariciar.
Que lejos estás de mi,
aunque de mi, estás dentro,
pues te llevo en mi corazón
y aunque pierda la razón
y aunque pierda hasta el aliento,
no te dejaré de amar.
Y mi mente está confusa,
mi cerebro enloquecido,
pues no se puede entender
que haya en el mundo un motivo
para que tanto querer
no pueda ser compartido.
Que la distancia nos separe
de esta manera más tiempo
no he de permitirlo yo,
ni tu has de sufrirlo,
que si un día te juré amor
ya es hora de cumplirlo.
Y se volverán a tocar
mis manos con tus manos,
mis labios con tus labios
y mi pecho con tu pecho,
en un abrazo interminable
y en un silencioso beso.
Y se volverán a fundir
mis ojos con tus ojos,
mi aliento con tu aliento
y mi cuerpo con tu cuerpo,
en la pasión inagotable
del amor que llevo dentro.
Y es por ello que aquí y ahora
hago este juramento,
no descansaré hasta sentir
realizado tal encuentro,
pues si hemos de vivir,
que no sea en este infierno.
Autor: Manuel Lijó Moares
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario