Ver pasar una nube,
ver crecer un árbol,
los niños jugando,
ver el arco iris y el mar,
todas las cosas hermosas
poder ver y disfrutar.
Escuchar una canción,
una hermosa melodía,
oír tu voz cada día,
y el latir del corazón
el soplo del viento
y los sonidos del momento.
Sentir tu suave piel
al tacto de mis dedos,
tus sedosos cabellos,
el frío y el calor,
la fuerza de un abrazo
y un beso de tus labios.
La fragancia de una rosa,
el olor de tu perfume
que me trae dulces recuerdos,
el aroma que, del horno
anuncia un plato suculento,
y el olor que me trae el viento.
Dulce miel en mi boca,
mi lengua recorre tu cuerpo,
a veces sabor incierto
que sorprende a mi paladar,
agridulce, suave o seco,
exquisito manjar.
Un juego de sensaciones
combinando los sentidos,
nuestros cuerpos fundidos
y el placer de amar
sin tiempo de por medio
en un abrazo eterno.
Vista, oído y olfato,
el gusto y el tacto,
para disfrutar de tí
en un encuentro sin fin,
que quiero sentirte toda
y de placer morir.
Autor: Manuel Lijó Moares
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