DEDICATORIA

A la sociedad, a la mentira, a la verdad, al odio, al amor, a la radio, a la vida, a la muerte y a la sinceridad, a los pobres, a los ricos, al perfume de una flor, a los justos y a los engreídos, a los sueños, a los niños, a las víctimas del terrorísmo, al presidiario, al político, a quien hace lo que puede, al que puede y no quiere, a quienes me han inspirado para escribir estos versos, a las personas maltratadas, al anciano y a sus canas, a la libertad, a la puta, al inmigrante, al cura, al soldado y a los que aquí he olvidado, a todos les dedico estos poemas y vaya por delante mis excusas más sinceras si a alguno he ofendido, pero esto es lo que pienso, lo que siento y lo que digo.
A unos para demostrarles el cariño que les tengo y a otros para recordarles que no lo están haciendo bien.
También dedico estos versos, a canallas y perversos, maltratadores, terrorístas, a la peor calaña humana, a la justicia aún cuando es ciega, al poder que castiga, censura y quita vidas, a los que hacen la guerra, al que tortura y mutila, deseando que algún día esa especie se extinga.
A todos menos a uno y si te das por aludido, solo tú sabrás porqué. A tí prefiero ignorarte, pues tu ayuda me negaste, mi desprecxio por delante, que el mundo da muchas vueltas y nos hemos de encontrar. El tiempo te ha reservado el lugar que te corresponde y ahí estaré yo para verte cuando aprendas la lección. Nunca olvidaré lo que hiciste, aunque tienes mi perdón.

CINCO SENTIDOS

Ver pasar una nube,
ver crecer un árbol,
los niños jugando,
ver el arco iris y el mar,
todas las cosas hermosas
poder ver y disfrutar.

Escuchar una canción,
una hermosa melodía,
oír tu voz cada día,
y el latir del corazón
el soplo del viento
y los sonidos del momento.

Sentir tu suave piel
al tacto de mis dedos,
tus sedosos cabellos,
el frío y el calor,
la fuerza de un abrazo
y un beso de tus labios.

La fragancia de una rosa,
el olor de tu perfume
que me trae dulces recuerdos,
el aroma que, del horno
anuncia un plato suculento,
y el olor que me trae el viento.

Dulce miel en mi boca,
mi lengua recorre tu cuerpo,
a veces sabor incierto
que sorprende a mi paladar,
agridulce, suave o seco,
exquisito manjar.

Un juego de sensaciones
combinando los sentidos,
nuestros cuerpos fundidos
y el placer de amar
sin tiempo de por medio
en un abrazo eterno.

Vista, oído y olfato,
el gusto y el tacto,
para disfrutar de tí
en un encuentro sin fin,
que quiero sentirte toda
y de placer morir.

Autor: Manuel Lijó Moares

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